El alcoholismo es un tipo de drogodependencia.
Hay dos tipos de dependencia en esta adicción: la física y la psicológica. La dependencia física se revela por sí misma, cuando se interrumpe la ingesta de alcohol, con síntomas muy claros como la tolerancia, cada vez mayor, al alcohol y enfermedades asociadas a su consumo.
Entre la dependencia psicológica se incluye la necesidad de consuelo para la ansiedad, conflictos en las relaciones personales, baja estima personal, etc.
El efecto directo del alcohol en el sistema nervioso es la depresión, como resultado de la disminución de la actividad, la ansiedad, tensión e inhibiciones. Incluso un pequeño nivel de alcohol dentro del cuerpo enlentece las reacciones. La concentración y el juicio empiezan a empeorar. En cantidades excesivas, el alcohol produce una intoxicación y envenenamiento.
Dentro de los factores sociales que producen esta enfermedad encontramos la facilidad de consumo de alcohol, la aceptación social del consumo de alcohol, estilos de vida de estres, etc.